La Comisión Europea presentó ayer 25 de junio, el Informe de 2008 sobre las finanzas públicas (texto en inglés), y en el se destaca que las finanzas públicas de la UE no son nada halagüeñas. Pese a las importantes mejoras de los balances presupuestarios en 2007, los gobiernos deben actuar ya si quieren garantizar la viabilidad de la economía, el crecimiento económico a largo plazo y la fluidez del euro.
El Informe aboga por un planteamiento holístico de la política fiscal, con una mayor eficacia de la imposición y el gasto, para fomentar el crecimiento y la competitividad.
Los puntos esenciales que señalan son:
- Las finanzas públicas deben ser sanas. Los países con una deuda pública elevada tienen un crecimiento a medio plazo notablemente menor, ya que el endeudamiento del Estado aumenta los tipos de interés y desalienta la inversión privada.
- Las administraciones públicas grandes pueden dificultar el crecimiento por la alta presión fiscal y el uso ineficaz de los recursos públicos.
- Los fondos públicos deben dirigirse más a los ámbitos en que el mercado es ineficaz y a los servicios públicos, como la sanidad o la educación.
- El crecimiento se impulsa más fácilmente cuando el Estado establece los impuestos de manera que no se desaliente la inversión y se fomente el empleo.
El informe presenta también algunas ideas para que las políticas presupuestarias nacionales centren la atención en las finanzas públicas sanas:
- Presentación más sistemática y completa de informes.
- Uso de la información sobre eficacia en las decisiones presupuestarias.
- Sistemas fiscales más eficaces.
- Revisión periódica de las finanzas públicas.
Por lo que respecta a España, ante la situación de empeoramiento económico el objetivo presupuestario de 2009 parece que sólo podrá lograrse con un significativo esfuerzo de ajuste. La evolución del déficit público refleja claramente el deterioro del clima económico en España. Para 2009, la Dirección General de Asuntos Económicos y Monetarios, responsable del informe, prevé que los ingresos crezcan alrededor del 4%, cerca del PIB nominal, reflejando principalmente el declive de los impuestos indirectos y de sociedades por la contracción del mercado de la vivienda y los menos boyantes beneficios empresariales. En cambio el gasto crecerá en torno al 5,5%, en buena parte por los mayores costes asociados a la desaceleración económica, especialmente en desempleo.
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