El mercado de trabajo en España ha aumentado su cualificación en los últimos doce años.
Esta es la principal conclusión a la que llega el nuevo Índice Laboral Manpower titulado La mejora de la cualificación del empleo en España y el papel de la inmigración: algunas lecciones de la expansión 1995-2007
El mercado de trabajo en España ha experimentado, desde 1995 a finales de 2007, una profunda transformación, que ha alterado radicalmente los parámetros estructurales que lo definían. La modificación más sustantiva ha sido, el fuerte aumento del empleo total.
El fuerte avance de la ocupación en España se ha traducido en una intensa transformación de la estructura de los puestos de trabajo ofrecidos por las empresas. Estos han tendido a crecer mucho más rápidamente en las cualificaciones ‘altas’ que en las medias y medias/bajas, dónde el mercado de trabajo español se concentraba mayoritariamente a principios de la fase expansiva. Al mismo tiempo, el aumento, menor pero relevante en términos absolutos, de las cualificaciones medias/bajas, bajas y de peonaje ha sido absorbida, mayoritariamente, por la inmigración.
Así, el mercado laboral del país ha experimentado una triple e importante y transcendental transformación:
1.- Ha crecido en su cualidad media, con avances muy superiores de las categorías altas y medias/altas, como los profesionales y técnicos.
2.- Ese aumento de las cualificaciones más elevadas ha beneficiado básicamente a los nativos.
3.- Los inmigrantes han absorbido el grueso de los nuevos puestos de trabajo creados en los niveles medio/bajos, bajos y de peonaje.
Según el informe, las consecuencias a largo plazo de estos cambios de estructura no son menores. El sesgo hacia puestos de trabajo ofrecidos por las empresas con mayor contenido en valor añadido y más elevada cualificación, constituye una garantía de mejoras de la productividad del trabajo en los próximos años. Por otro, y en el contexto del aumento del paro de los inmigrantes y las crecientes preocupaciones de la sociedad española frente a este nuevo fenómeno, el que las relaciones entre inmigrantes y nativos en el ámbito laboral sean, fundamentalmente, de complementariedad, debería ayudar a generar un clima menos pesimista sobre las consecuencias de la desaceleración en curso.
El mercado de trabajo en España ha experimentado, desde 1995 a finales de 2007, una profunda transformación, que ha alterado radicalmente los parámetros estructurales que lo definían. La modificación más sustantiva ha sido, el fuerte aumento del empleo total.
El fuerte avance de la ocupación en España se ha traducido en una intensa transformación de la estructura de los puestos de trabajo ofrecidos por las empresas. Estos han tendido a crecer mucho más rápidamente en las cualificaciones ‘altas’ que en las medias y medias/bajas, dónde el mercado de trabajo español se concentraba mayoritariamente a principios de la fase expansiva. Al mismo tiempo, el aumento, menor pero relevante en términos absolutos, de las cualificaciones medias/bajas, bajas y de peonaje ha sido absorbida, mayoritariamente, por la inmigración.
Así, el mercado laboral del país ha experimentado una triple e importante y transcendental transformación:
1.- Ha crecido en su cualidad media, con avances muy superiores de las categorías altas y medias/altas, como los profesionales y técnicos.
2.- Ese aumento de las cualificaciones más elevadas ha beneficiado básicamente a los nativos.
3.- Los inmigrantes han absorbido el grueso de los nuevos puestos de trabajo creados en los niveles medio/bajos, bajos y de peonaje.
Según el informe, las consecuencias a largo plazo de estos cambios de estructura no son menores. El sesgo hacia puestos de trabajo ofrecidos por las empresas con mayor contenido en valor añadido y más elevada cualificación, constituye una garantía de mejoras de la productividad del trabajo en los próximos años. Por otro, y en el contexto del aumento del paro de los inmigrantes y las crecientes preocupaciones de la sociedad española frente a este nuevo fenómeno, el que las relaciones entre inmigrantes y nativos en el ámbito laboral sean, fundamentalmente, de complementariedad, debería ayudar a generar un clima menos pesimista sobre las consecuencias de la desaceleración en curso.
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