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lunes, 2 de febrero de 2009

Propuestas del Circulo de Empresarios para “propagar” el espíritu emprendedor

Las personas con espíritu y capacidades emprendedoras desempeñan un papel esencial en cualquier economía dinámica, pues son creadoras de innovación y motores en el crecimiento de la riqueza y el empleo de un país.

Sin embargo España ocupa los últimos lugares entre los países de la UE-25 en los rankings elaborados por la Comisión Europea sobre los índices de actividad y clima emprendedor. Entre las causas del insuficiente desarrollo del espíritu emprendedor en nuestro país se han señalado condicionantes tanto socioculturales como institucionales.

Y es que la sociedad española muestra en general una aversión al riesgo mayor que la de otros países de nuestro entorno, con una cierta estigmatización del fracaso. Además se mantiene una visión ambivalente del empresariado y de su actividad, pues aun cuando se reconoce que las empresas son generadoras de riqueza y empleo, el prestigio social y el reconocimiento de la labor del empresariado son inferiores a los que se registran en otros países.

Tampoco resulta incentivador el marco institucional para las personas emprendedoras, que siguen chocando con enormes dificultades resultantes de un entramado institucional que no permite un correcto funcionamiento de los mercados.

Desde el Círculo de Empresarios creen que para propagar el necesario espíritu emprendedor se debe fomentar las actitudes y capacidades emprendedoras, así como potenciar los valores que lo definen. Además es necesario crear un sistema adecuado de incentivos para trasladar las ideas y habilidades emprendedoras a actividades generadoras de valor.

Para alcanzar este objetivo en “El espíritu emprendedor: elemento esencial para afrontar la crisis económica española” realizan una serie de propuestas agrupadas en cuatro campos:

1) Reconocimiento social del empresario
  • Desarrollo y asentamiento de una clara conciencia político administrativa y social con respecto a la importancia del espíritu emprendedor. Todas las instituciones públicas y privadas deben participar en el impulso del espíritu emprendedor como elemento clave de la competitividad de un país.
  • Todos debemos ser conscientes de la importancia de la cuestión, del enorme valor económico y social que tienen el espíritu y la iniciativa de los emprendedores.
  • Las instituciones, la sociedad civil y los medios de comunicación tienen que realizar un esfuerzo por transmitir una imagen real de los beneficios asociados al emprendimiento, que ayude a implicar al conjunto de la sociedad española.
2) La integración del espíritu emprendedor en la educación
  • Transmitir los valores fundamentales para el desarrollo personal, social y económico –el esfuerzo, la responsabilidad, el reconocimiento de los méritos, etc.- que están también en la raíz del espíritu emprendedor.
  • Fomentar la creatividad, la iniciativa, la responsabilidad, y la independencia.
  • Enseñar habilidades y conocimientos necesarios para la iniciativa emprendedora, haciendo del espíritu emprendedor un eje transversal del proceso formativo.
  • Incorporar asignaturas específicas en los planes de estudio orientadas hacia la formación del espíritu emprendedor.
  • Los profesores deben ser emprendedores en su propia actividad. En este sentido sería positivo que personas con experiencia empresarial fueran docentes.
3) Apoyo y adecuación institucional para la creación de un entorno favorable sobre el espíritu empresarial
  • Reducción y racionalización de las cargas regulatorias para el emprendedor.
  • Introducción de niveles más elevados de competencia, eficiencia y flexibilidad en todos los mercados aquejados de rigideces, incluido el laboral.
  • Mayor seguridad jurídica y adecuado tratamiento legal de las circunstancias propias de la actividad emprendedora, como es el caso de la insolvencia.
  • Mejora del sistema de incentivos fiscales para la actividad emprendedora.
4) Liderazgo empresarial en la promoción del espíritu emprendedor
  • Las empresas deben potenciar el espíritu emprendedor dentro de su propia organización, con sistemas de gestión interna y de dirección innovadores, tendentes a alinear los objetivos de los empleados con los de las empresas.
  • Deben intraemprender, es decir, lanzar nuevos negocios desde la propia empresa, a través por ejemplo de la externalización de actividades o la creación de spin-offs.
  • Deben buscar el tamaño óptimo y la cooperación con otras empresas. Emprender, como innovar, es una tarea facilitada por la existencia de redes apropiadas de las que forman parte las empresas (incubadoras, parques tecnológicos, etc.).

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