En el año 1926 Graham Wallas escribía El arte del pensamiento en el que presentó uno de los primeros modelos del proceso creativo distinguiendo cuatro fases o etapas: preparación, incubación, iluminación y verificación.
A partir de la combinación de este modelo con la teoría china de las cinco fases Miguel Ugalde Albistegui y Valentín Zurbano nos ofrecen en el último número de la revista de ingeniería Industrial Dyna (vol.84, n. 2 marzo 2009) un cuestionario para reflexionar acerca del grado de generación de ideas, creatividad e innovación que ofrece una empresa.
FASE DE REFLEXIÓN
- ¿Existen momentos y lugares apropiados para que las personas de nuestra empresa puedan reflexionar de manera personal o colectiva?
- ¿Está bien visto en nuestra empresa que se dedique tiempo no sólo a la acción sino también a la reflexión?
- ¿Conocemos y aplicamos metodologías que apoyan los procesos de reflexión y estimulan la creatividad?
- ¿Conocen las personas hacia dónde deben centrar sus reflexiones, es decir, cuáles son los objetivos y aspectos estratégicos o clave en los que deberían focalizar esas reflexiones?
- ¿Estimulamos a las personas para que aporten ideas, sin prejuicios o limitaciones de partida?
- ¿Disponemos de mecanismos formales e informales para que las personas puedan aportar sus ideas?
- ¿Recogemos, analizamos y evaluamos, priorizamos y decidimos qué ideas llevaremos a cabo?
- ¿Informamos a quienes las propusieron cuál ha sido la decisión tomada sobre sus ideas y les agradecemos debidamente sus aportaciones, pudiendo incluso haber gratificaciones por ellas?
- ¿Además de sus competencias o experiencia, tenemos en cuenta el carácter y la situación personal de aquellas personas que vamos a poner al frente de los proyectos más complejos, difíciles o arriesgados?
- ¿Las personas que van a desarrollar las nuevas ideas y proyectos disponen de los recursos necesarios de tipo económico, tiempo, apoyo de colaboradores, apoyo emocional por parte de la dirección?
- ¿Las personas disponen también de metodologías para la planificación y seguimiento de proyectos?
- ¿Somos perseverantes en la acción, sabiendo que en ella van a surgir dificultades e imprevistos que habrá que vencer?
- ¿Disponemos de indicadores, encuestas u otros sistemas de medición de los resultados que vamos logrando?
- ¿Comparamos los resultados que vamos logrando con los objetivos que nos habíamos marcado y aprendemos de ellos para modificar tanto los objetivos como las acciones a
- desarrollar?
- ¿Asumimos que la incertidumbre inherente a los nuevos proyectos puede hacer que muchos no den el resultado apetecido?
- ¿Está “mejor visto” el que lo intenta y fracasa que quien no lo intenta?
- ¿Somos capaces de analizar los resultados con una perspectiva amplia que nos permita sacar conclusiones y aprovechar enseñanzas o lecciones aprendidas que han surgido de manera inesperada?
- ¿Estamos informados de las actividades, métodos, recursos, resultados, etcétera, que desarrollan otras organizaciones?
- ¿Comunicamos tanto interna como externamente nuestras acciones y resultados para recabar opiniones y puntos de vista?
- ¿Difundimos y “ponemos en valor” los ejemplos que pueden servir de inspiración a otras personas de nuestra organización?
- ¿Estamos abiertos a trasladar, traducir, adaptar… ideas captadas de otros ámbitos diferentes al propio de nuestra organización?
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