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miércoles, 25 de marzo de 2009

Diagnóstico del uso de las TIC por los autónomos

El Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información ha analizado el grado de adopción, uso y la percepción que los autónomos tienen de las tecnologías de la información y la comunicación en El trabajador autónomo y la Sociedad de la Información: diagnóstico tecnológico 2008


Según este estudio el 68% de los autónomos disponen de ordenador personal, siendo habitual además el uso de la impresora en su actividad profesional y en menor medida del escáner. Entre las razones que limitan el acceso de los autónomos a las tecnologías y que explicarían por que 3 de cada 10 autónomos no dispone de ordenador están desconocimiento de los beneficios que reportan en los negocios y la dificultad para adaptarse a ellas y para usarlas.

Las principales aplicaciones instaladas en los ordenadores de los autónomos son los programas de ofimática, y las aplicaciones que soportan la gestión de clientes y la económico-administrativa, es decir la contabilidad, la facturación y las bases de datos, además de los programas específicos de su actividad profesional.

Sólo un 60,4% de los autónomos disponen de acceso a Internet, siendo reseñable que bien por desconocimiento o por falta de interés un 87,2% de los que actualmente no tienen acceso a Internet, no la ven como una herramienta útil para su trabajo. Casi el 100% de los autónomos que disponen de acceso a Internet, disponen de correo electrónico, pero solo un 13,1% de los autónomos disponen de página web.

El uso principal que se hace de Internet es para la búsqueda de información (97,8%); le sigue en importancia el uso de la banca electrónica de manera que más del 75% utilizan Internet para realizar sus operaciones bancarias; la comunicación con clientes y proveedores (71,3%) y la relación con la administración, así el 42,8% de los autónomos que accede a Internet realizan operaciones o transacciones con la Administración Pública. En menor medida Internet es utilizada como herramienta de marketing, para la formación o la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio.

El 38% de los autónomos con equipamiento informático disponen de firma electrónica, y de ellos más de la mitad facturan electrónicamente.

Por lo que respeta al grado de adopción del comercio electrónico por los autónomos, sólo un 16,5% realiza compras por Internet y un 2,7% ventas. Las barreras más importantes para este reducido uso de la red como canal de comercialización están relacionadas con la propia naturaleza de la actividad empresarial desarrollada por el autónomo, de manera que el 40,5% señalan que los productos o servicios que ofrecen no son adecuados para la venta a través de Internet, y un 38,1% consideran que no necesitan la apertura de este nuevo canal de venta para su negocio.

En general los autónomos consideran a las TIC difíciles de implantar, utilizar y demasiado costosas ya que no le pueden sacar todo el partido dentro de su negocio, por lo que en su opinión los principales factores que contribuirían a un mayor y mejor uso de las TIC serían su adecuación a las necesidades reales de las empresas, una mayor sencillez en el uso de los equipamientos informáticos y las aplicaciones, y el acceso a costes asequibles, mediante precios más bajos y asumibles por sus economías y contando con ayudas y subvenciones de las distintas administraciones. Es destacable la importancia que dan a la formación en tecnologías tanto para conocer su utilidad empresarial como para saber usarlas.

Como conclusión, según el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información el camino a seguir para que las tecnologías se vayan implantándose entre los autónomos pasa por:

1.- Favorecer la generación de soluciones adaptadas a las tecnologías utilizadas en cada caso (sistemas informáticos, generación de herramientas en Internet y comercio electrónico, desarrollo de soluciones de movilidad para su ejecución bajo dispositivos móviles, etc.) y las necesidades de cada profesional.

2.- Esas aplicaciones deben ser sencillas de usar y, además, se debe proporcionar la formación necesaria para que su uso se haga más sencillo y atractivo para el trabajador autónomo.

3.- El acceso a fuentes de financiación que no graven en demasía el coste de la inversión, además de que estas aplicaciones tengan un coste ajustado a las posibilidades económicas del autónomo.

4.- La puesta en marcha de programas y medidas de ayuda y subvenciones y otros elementos legales, para mejorar el acceso a las tecnologías.

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