CREA, CEPYME-Aragón, así como sus organizaciones afiliadas, y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio solicitan al Gobierno central que asuma su responsabilidad y abandone su “actitud pasiva” ante la destrucción del tejido industrial en el sector estratégico del automóvil
(Zaragoza, 18 de septiembre de 2009).- CREA, CEPYME Aragón, así como sus organizaciones afiliadas, y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio manifiestan su preocupación por el futuro de la factoría de OPEL en Figueruelas a raíz de la venta de Opel al consorcio encabezado por Magna y Sberbank. Decisión que a todas luces se ha adoptado atendiendo a razones políticas del Gobierno alemán y el ruso.
Para las organizaciones empresariales y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio, la pretendida reducción de producción en la planta de Figueruelas, así como la disminución de su plantilla, y las afecciones que todo ello tendrá en las empresas proveedoras deben ser evitadas por todos los medios legítimos que el Gobierno aragonés y el español tengan a su alcance.
CREA, CEPYME-Aragón, y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio denuncian la pasividad que hasta el día de hoy han mostrado los altos responsables políticos del Gobierno de España, que han carecido de cualquier iniciativa política en una cuestión en la que estaba en juego uno de los vectores principales de la economía aragonesa y española, sin dar su apoyo de manera activa al Gobierno de Aragón que en todo momento ha defendido la continuidad de la planta.
Desde las organizaciones empresariales se reclama al presidente del Gobierno español, acciones decididas y equivalentes a las emprendidas en circunstancias similares para la defensa de la planta de Opel y, en definitiva, de los intereses españoles.
Las organizaciones empresariales respetan la independencia de decisión de cada empresa en las cuestiones relativas a su forma de organizar la producción y alcanzar posiciones de rentabilidad basadas en criterios de sostenibilidad y eficiencia, pero en el caso de Opel consideran que estos criterios han sido suplantados por motivos de carácter meramente político. “De otra manera no se entendería reducir la producción en una planta que está considerada como la más productiva de la marca”.
CREA, CEPYME-Aragón y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio solicitan al Gobierno central que asuma su responsabilidad y abandone su “actitud pasiva” ante la destrucción del tejido industrial en el sector estratégico del automóvil sabiendo que, en ese caso, los empresarios y las organizaciones empresariales apoyaremos, como hasta ahora, cualquier decisión y actuación que contribuya al desarrollo socioeconómico de Aragón y de España.
(Zaragoza, 18 de septiembre de 2009).- CREA, CEPYME Aragón, así como sus organizaciones afiliadas, y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio manifiestan su preocupación por el futuro de la factoría de OPEL en Figueruelas a raíz de la venta de Opel al consorcio encabezado por Magna y Sberbank. Decisión que a todas luces se ha adoptado atendiendo a razones políticas del Gobierno alemán y el ruso.
Para las organizaciones empresariales y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio, la pretendida reducción de producción en la planta de Figueruelas, así como la disminución de su plantilla, y las afecciones que todo ello tendrá en las empresas proveedoras deben ser evitadas por todos los medios legítimos que el Gobierno aragonés y el español tengan a su alcance.
CREA, CEPYME-Aragón, y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio denuncian la pasividad que hasta el día de hoy han mostrado los altos responsables políticos del Gobierno de España, que han carecido de cualquier iniciativa política en una cuestión en la que estaba en juego uno de los vectores principales de la economía aragonesa y española, sin dar su apoyo de manera activa al Gobierno de Aragón que en todo momento ha defendido la continuidad de la planta.
Desde las organizaciones empresariales se reclama al presidente del Gobierno español, acciones decididas y equivalentes a las emprendidas en circunstancias similares para la defensa de la planta de Opel y, en definitiva, de los intereses españoles.
Las organizaciones empresariales respetan la independencia de decisión de cada empresa en las cuestiones relativas a su forma de organizar la producción y alcanzar posiciones de rentabilidad basadas en criterios de sostenibilidad y eficiencia, pero en el caso de Opel consideran que estos criterios han sido suplantados por motivos de carácter meramente político. “De otra manera no se entendería reducir la producción en una planta que está considerada como la más productiva de la marca”.
CREA, CEPYME-Aragón y el Consejo Aragonés de Cámaras de Comercio solicitan al Gobierno central que asuma su responsabilidad y abandone su “actitud pasiva” ante la destrucción del tejido industrial en el sector estratégico del automóvil sabiendo que, en ese caso, los empresarios y las organizaciones empresariales apoyaremos, como hasta ahora, cualquier decisión y actuación que contribuya al desarrollo socioeconómico de Aragón y de España.
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