Las redes sociales suscitan preocupaciones reales sobre los efectos que puede provocar su uso en términos de productividad, reputación y seguridad en las empresas. Sin embargo, según el estudio “Redes sociales y empresa: cómo aprovechar el poder de los social media” elaborado por Manpower profesional, las plataformas sociales como Twitter, Facebook o LinkedIn han demostrado que son un verdadero apoyo para los negocios, y de hecho numerosas empresas se están aprovechando de su poder de conectividad para mejorar la productividad, la innovación, la colaboración, la reputación y la implicación de los empleados.
Beneficios del uso de las redes sociales en las empresas
Por lo que respecta a la productividad, más de la mitad de las empresas de la lista Fortune 100 poseen cuentas en Twitter y, de esas, dos tercios las utilizan para tareas de mejora de la productividad, como el servicio al cliente.
El mundo laboral se está transformando de forma significativa debido a la creciente necesidad de colaboración y a la gran cantidad de tecnologías que posibilitan el trabajo en equipo. En un nuevo entorno de equipos dispersos geográficamente, las redes sociales se convertirán en el nuevo sistema operativo de los negocios. Las generaciones más jóvenes, decididas a utilizar los social media estén donde estén y que pronto pasarán a ser el mayor porcentaje de la población activa, exigirán estas herramientas como prerrequisito para hacer negocios.
Gracias a las redes sociales las empresas pueden construir canales de comunicación con los clientes, los expertos y los inventores independientes, lo que permite obtener nuevas ideas más allá de sus equipos especializados en investigación y desarrollo, siendo por lo tanto un medio de “innovación abierta”.
La implicación y compromiso de los empleados con la empresa también puede reforzarse gracias a las redes sociales. Por ejemplo, los directores pueden utilizarlas para establecer y mejorar un diálogo bidireccional con los empleados y reforzar así la percepción de que “todos estamos en el mismo barco”. De modo parecido, las redes sociales lideradas por una empresa pueden ayudar a forjar conexiones vitales entre equipos de oficinas lejanas, consiguiendo garantizar que los empleados se sientan vinculados y centrados en la tarea que les ocupa.
El poder de las redes sociales para conectar a grandes cantidades de personas simultáneamente ofrece importantes ventajas cuando no se puede recurrir a otros tipos de comunicación, y por lo tanto de gran utilidad para afrontar situaciones de emergencia y posibilitar la continuidad del negocio en situaciones adversas.
Por lo tanto el problema que deben afrontar las empresas no es tanto el uso de las redes sociales como la falta de políticas formales sobre el uso de las redes sociales en el trabajo. Las empresas precisan de unas directrices claras sobre su uso para canalizar su uso hacia una dirección positiva y creativa que pueda beneficiar tanto a las empresas como a sus empleados. No hay marcha atrás en el uso de las redes sociales, la clave está en descubrir qué valor tienen para la organización y aceptar su utilización productiva.
Recomendaciones para el uso constructivo de las redes sociales en las empresas
Actualmente estamos empezando a comprender cómo pueden aprovecharse las redes sociales, por lo que resulta esencial mantener una actitud abierta por ello desde Manpower realizan una serie de recomendaciones:
1.- Motivar a los empleados a innovar
Las empresas deben promover un uso positivo de las redes sociales animando a los empleados a idear nuevas formas de utilizar esas herramientas para realizar mejor su trabajo, así como a describir y comunicar las nuevas formas en las que han utilizado las herramientas sociales para generar contactos o para atender mejor a los clientes.
2.- Aprovechar a los expertos internos
Los directivos deben predicar con el ejemplo y animar a los empleados que habitualmente utilizan las redes sociales en sus trabajos a comentarlas y a mostrar cómo se hace. Es muy útil realizar un seguimiento de las nuevas ideas que fluyan de este tipo de asesoramiento, así como de las mejores prácticas.
3.- Permitir que los empleados “sean los dueños” del buen gobierno corporativo
La base de cualquier red social sana es una comunidad comprometida. Por ello las empresas deben permitir que sus empleados ayuden a desarrollar y a hacer cumplir las directrices de la empresa. Este enfoque seguramente atraerá a los empleados más proclives a utilizar los medios sociales y fomentará la confianza en los objetivos de las directrices que finalmente se establezcan.
El mundo laboral se está transformando de forma significativa debido a la creciente necesidad de colaboración y a la gran cantidad de tecnologías que posibilitan el trabajo en equipo. En un nuevo entorno de equipos dispersos geográficamente, las redes sociales se convertirán en el nuevo sistema operativo de los negocios. Las generaciones más jóvenes, decididas a utilizar los social media estén donde estén y que pronto pasarán a ser el mayor porcentaje de la población activa, exigirán estas herramientas como prerrequisito para hacer negocios.
Gracias a las redes sociales las empresas pueden construir canales de comunicación con los clientes, los expertos y los inventores independientes, lo que permite obtener nuevas ideas más allá de sus equipos especializados en investigación y desarrollo, siendo por lo tanto un medio de “innovación abierta”.
La implicación y compromiso de los empleados con la empresa también puede reforzarse gracias a las redes sociales. Por ejemplo, los directores pueden utilizarlas para establecer y mejorar un diálogo bidireccional con los empleados y reforzar así la percepción de que “todos estamos en el mismo barco”. De modo parecido, las redes sociales lideradas por una empresa pueden ayudar a forjar conexiones vitales entre equipos de oficinas lejanas, consiguiendo garantizar que los empleados se sientan vinculados y centrados en la tarea que les ocupa.
El poder de las redes sociales para conectar a grandes cantidades de personas simultáneamente ofrece importantes ventajas cuando no se puede recurrir a otros tipos de comunicación, y por lo tanto de gran utilidad para afrontar situaciones de emergencia y posibilitar la continuidad del negocio en situaciones adversas.
Por lo tanto el problema que deben afrontar las empresas no es tanto el uso de las redes sociales como la falta de políticas formales sobre el uso de las redes sociales en el trabajo. Las empresas precisan de unas directrices claras sobre su uso para canalizar su uso hacia una dirección positiva y creativa que pueda beneficiar tanto a las empresas como a sus empleados. No hay marcha atrás en el uso de las redes sociales, la clave está en descubrir qué valor tienen para la organización y aceptar su utilización productiva.
Recomendaciones para el uso constructivo de las redes sociales en las empresas
Actualmente estamos empezando a comprender cómo pueden aprovecharse las redes sociales, por lo que resulta esencial mantener una actitud abierta por ello desde Manpower realizan una serie de recomendaciones:
1.- Motivar a los empleados a innovar
Las empresas deben promover un uso positivo de las redes sociales animando a los empleados a idear nuevas formas de utilizar esas herramientas para realizar mejor su trabajo, así como a describir y comunicar las nuevas formas en las que han utilizado las herramientas sociales para generar contactos o para atender mejor a los clientes.
2.- Aprovechar a los expertos internos
Los directivos deben predicar con el ejemplo y animar a los empleados que habitualmente utilizan las redes sociales en sus trabajos a comentarlas y a mostrar cómo se hace. Es muy útil realizar un seguimiento de las nuevas ideas que fluyan de este tipo de asesoramiento, así como de las mejores prácticas.
3.- Permitir que los empleados “sean los dueños” del buen gobierno corporativo
La base de cualquier red social sana es una comunidad comprometida. Por ello las empresas deben permitir que sus empleados ayuden a desarrollar y a hacer cumplir las directrices de la empresa. Este enfoque seguramente atraerá a los empleados más proclives a utilizar los medios sociales y fomentará la confianza en los objetivos de las directrices que finalmente se establezcan.
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