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martes, 10 de abril de 2012

La tecnología es necesaria, pero no suficiente

Al 31% de los directivos empresariales les preocupa que las nuevas tecnologías, y no las necesidades empresariales, dicten la dirección y gestión de sus organizaciones en el futuro. Asimismo, el 37% cree que antes del 2020 no serán capaces de mantener actualizada la tecnología y, en consecuencia, perderán su ventaja competitiva.
Estos son algunos de los datos que facilita David Mills, vicepresidente ejecutivo de Operaciones de Ricoh Europe, en un reciente artículo publicado en la revista Interempresas metalmecánica bajo el título de “Los directores generales no deben esclavizarse a la tecnología”.

En este artículo David Mills reconoce el carácter instrumental de la tecnología como impulsora de cambios, pero señala a la información, a los procesos y a los objetivos empresariales como los ejes sobre los que inexcusablemente se debe centrar la dirección empresarial.

Para que las empresas se puedan beneficiar de las indudables ventajas que ofrece la innovación tecnológica, este SEO de Ricoh Europe nos da una serie de recomendaciones:

1.- Empezar por el lugar adecuado

La información es uno de los principales activos de las empresas, proporciona la ventaja competitiva y define el propósito y el enfoque de una organización. Es por ello prioritario analizar el camino por el que transita la información empresarial crítica antes de convertirse en conocimiento y añadir valor al negocio, para lo que habrá que llevar a cabo una auditoria de los procesos de información, es decir, el núcleo de la organización.

2.- Desafiar la norma para detectar los obstáculos

Las empresas deben evaluar la eficiencia de sus principales procesos desafiando la “forma tradicional de hacer las cosas”. No cabe duda de que los procesos fueron eficientes en el momento en el que se implementaron pero, ¿satisfacen las necesidades empresariales en el entorno actual?

Cuestionar el status quo permitirá a las organizaciones detectar los cuellos de botella que afectan a la agilidad empresarial.

3.- No perder de vista el objetivo

El lugar de trabajo seguirá cambiando pero si se han optimizado los principales procesos empresariales y se ha revisado el rendimiento de manera continua, la organización puede mantener sólidamente su enfoque hacia la consecución de los objetivos empresariales.

Los procesos empresariales son determinados por las necesidades del negocio, no por un proceso tecnológico que no se utiliza en su máxima capacidad y, además, no añade valor al negocio principal; como suele pasar.

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