En el libro El complot de Matusalén, el periodista alemán Frank Schirrmacher reflexiona sobre el hecho inexorable e históricamente nuevo del envejecimiento global.
Reseña de Juan de la Cruz Muñoz Ugarte (Dpto. Formación de CEPYME Aragón) responsable del Proyecto Silver: Programa para la Gestión de la Edad en las Empresas.
La primera generación de la historia de la humanidad en vivir la experiencia del envejecimiento colectivo está a punto de aparecer. La transformación histórica es de primera magnitud, porque entre otros factores no tenemos experiencia de cómo va a ser y de qué podemos hacer. Partiendo de datos demográficos contrastados, Frank Schirrmacher sitúa con precisión en una fecha concreta el comienzo del problema: 2010.
Cuando, en muchos países del Primer Mundo, las primeras generaciones del baby boom empiecen a atravesar la barrera de la jubilación a partir de 2010, comenzaran a ser evidentes las tensiones del sistema, y se empezarán a producir los primeros debates serios entorno a este tema.
Para el autor es entre 2010-2020 cuando empezarán a aflorar los problemas, que en casos como el de España serán irresolubles a partir de 2030 si no se han tomado medidas drásticas anteriormente. Un ejemplo de los datos es contundente: El grupo entre 0-14 años representará en 2010 un 16,6% de la población frente al 14,5% que representarán en el 2025. Los mayores de 65 años que serán en Europa el 18% en 2010 alcanzaran el 21,8% en 2025. Los datos que maneja Naciones Unidas sitúa a España en el 2050 como el país más envejecido del mundo. Hasta la actualidad estas cifras se estaban compensando, levemente, con la incorporación de población inmigrante.
En Alemania con una tasa de natalidad superior a la española, El complot de Matusalén es uno de los ensayos que más éxito de ventas ha tenido, lo que refleja que sus contenidos han hecho mella en el lector medio germano sensibilizado ante este problema.
Para el autor, los políticos deberían estar mirando las cifras de población y envejecimiento como quien mira las cotizaciones en bolsa en época de turbulencia económica; pero cierran los ojos.
Paradójicamente, cuanto mayor se hace la población mundial más parece la Tierra un juvenil parque temático. El incremento de la imagen peyorativa de la vejez es un fenómeno muy complejo que se ha agudizado en nuestra época por “la pujanza de la cultura de la eterna juventud, la competitividad y el ritmo de los cambios tecnológicos” de una sociedad que se alimenta cada vez más de información y menos de conocimiento. “Lo importante es que hablen ellos, que se les escuche, que no se les niegue su presencia social”, escribe el periodista alemán.
Los expertos han acuñado los términos “etarismo” ó “edadismo” para referirse al prejuicio o discriminación con respecto a la edad. En inglés encontramos el término de “ageism”, para referirse al acoso y discriminación laboral por razones de edad. Los expertos coinciden en señalar que precisamente lo que más afecta a la salud de una persona mayor es sentirse rechazado, socialmente excluido o poco útil.
Esta invitación reiterada de oponerse a esa corriente, de hacerse visibles, de configurarse como grupo de presión, es la tesis básica del libro El Complot de Matusalén. Su propuesta de revolución empieza por lograr una presencia que hoy día se les niega, conseguir modificar la actitud general de la sociedad frente al envejecimiento, recuperar la autoestima y disfrutar de mayores oportunidades de libertad, participación y realización personal.
Schirrmacher apunta que los cambios tecnológicos juegan en beneficio de los ancianos del futuro, que no sólo serán más numerosos y llegarán a la vejez en mejores condiciones, sino que podrán volver a desempeñar un papel activo en la sociedad a través de Internet y otras nuevas tecnologías de la información aún por desarrollar: los mayores estarán altamente tecnologizados.
Edad y jubilación tenían sentido en una época en que las formas de trabajo estaban relacionadas con la fuerza física y las máquinas se deterioraban por desgaste, al igual que las personas que trabajaban con ellas. La tecnificación impone el conocimiento, el "saber hacer" antes que la fuerza física. El binomio "edad y jubilación" se distorsiona, y la demografía advierte de la imposibilidad de su mantenimiento tal y como lo conocemos hoy.
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