“El aprendizaje, las TIC y los trabajadores mayores de 55 años”. Formación para el empleo y empleabilidad de los trabajadores mayores de 55 años / CEPYME ARAGÓN – Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo, C20070286.
Reseña realizada por Juan de la Cruz Muñoz Ugarte (Dpto. Formación de CEPYME Aragón) responsable Proyecto Silver: Programa para la Gestión de la Edad en las Empresas.
En el siguiente artículo se apuntan algunos de los factores que condicionan la formación de los trabajadores mayores de 55 años, con especial atención a las TIC aplicadas a la formación.
El término aprendizaje hace referencia a la posibilidad de dar respuestas ajustadas a lo cambiante del entorno. Dicho en otras palabras, el aprendizaje se relaciona con la capacidad de adaptación.
Es cierto que al aumentar la edad se producen determinadas disminuciones físicas, fisiológicas que obstaculizan la capacidad de aprendizaje. No puede negarse por tanto que hay ciertos potenciales que disminuyen su rendimiento, pero debe recalcarse que existen otros potenciales que los compensan (acumulación de conocimientos y experiencias).
Un estudio realizado en la Universidad de Boston demuestra que con la edad lo que se atrofia son los canales de comunicación de las neuronas, pero todos los datos almacenados permanecen intactos. Con todo, tal atrofia afecta notoriamente a las personas ancianas. Los trabajadores de 55 a 65 años están todavía lejos de esta consideración.
En conclusión, incluyo las personas ya ancianas (y por supuesto jubiladas), pueden seguir siendo muy inteligentes aunque la velocidad de su pensamiento sea menor. Por esto, parece más adecuado hablar de un cambio en el perfil intelectual conforme se incrementa la edad, el cual de ninguna manera significa pérdida o merma de la capacidad intelectual. Es decir, los trabajadores mayores de 55 años conservan intacta su capacidad de aprendizaje.
Numerosos estudios han demostrado que lo que más afecta a la capacidad de aprendizaje, no son tanto los cambios físicos y mentales, sino el miedo a fallar y el temor al ridículo. Es decir que, desde el rol psicopedagógico, estos últimos aspectos deberán ser muy tenidos en cuenta.
Los resultados obtenidos en las encuestas realizadas a 500 trabajadores de un cluster de 7 comunidades autónomas representativas de la realidad española, confirman en buena medida la incidencia de este factor psicológico en el aprendizaje ya que, salvo en el grupo de menor edad (trabajadores de menos de 10 años de experiencia), aproximadamente la cuarta parte de los trabajadores de cada grupo confiesa que cree que no está en edad de estudiar.
Desde un punto de vista meramente teórico, los trabajadores mayores de 55 años conservan intacta su capacidad de aprendizaje, y teniendo en cuenta la estrecha vinculación aprendizaje/capacidad de adaptación, se desprende fácilmente que la capacidad de adaptación (a las TIC así como a cambios organizativos) permanece igualmente intacta.
Los resultados obtenidos en las encuestas al analizar las dificultades de acceso parecen confirmar la afirmación anterior ya que el porcentaje de trabajadores de cada grupo que declara que "apenas maneja" o le parecen muy complicados el ordenador, Internet", o los nuevos dispositivos (TDT, iPOD, PDA, etc.), arrojan los valores más bajos de cada grupo (varían entre el 0% y el 17,3%).
Se destaca además la percepción netamente positiva que los mayores de 55 años tienen respecto a la aplicación de nuevos dispositivos a la formación. Así, consideran que las principales ventajas de tal aplicación son que:
El término aprendizaje hace referencia a la posibilidad de dar respuestas ajustadas a lo cambiante del entorno. Dicho en otras palabras, el aprendizaje se relaciona con la capacidad de adaptación.
Es cierto que al aumentar la edad se producen determinadas disminuciones físicas, fisiológicas que obstaculizan la capacidad de aprendizaje. No puede negarse por tanto que hay ciertos potenciales que disminuyen su rendimiento, pero debe recalcarse que existen otros potenciales que los compensan (acumulación de conocimientos y experiencias).
Un estudio realizado en la Universidad de Boston demuestra que con la edad lo que se atrofia son los canales de comunicación de las neuronas, pero todos los datos almacenados permanecen intactos. Con todo, tal atrofia afecta notoriamente a las personas ancianas. Los trabajadores de 55 a 65 años están todavía lejos de esta consideración.
En conclusión, incluyo las personas ya ancianas (y por supuesto jubiladas), pueden seguir siendo muy inteligentes aunque la velocidad de su pensamiento sea menor. Por esto, parece más adecuado hablar de un cambio en el perfil intelectual conforme se incrementa la edad, el cual de ninguna manera significa pérdida o merma de la capacidad intelectual. Es decir, los trabajadores mayores de 55 años conservan intacta su capacidad de aprendizaje.
Numerosos estudios han demostrado que lo que más afecta a la capacidad de aprendizaje, no son tanto los cambios físicos y mentales, sino el miedo a fallar y el temor al ridículo. Es decir que, desde el rol psicopedagógico, estos últimos aspectos deberán ser muy tenidos en cuenta.
Los resultados obtenidos en las encuestas realizadas a 500 trabajadores de un cluster de 7 comunidades autónomas representativas de la realidad española, confirman en buena medida la incidencia de este factor psicológico en el aprendizaje ya que, salvo en el grupo de menor edad (trabajadores de menos de 10 años de experiencia), aproximadamente la cuarta parte de los trabajadores de cada grupo confiesa que cree que no está en edad de estudiar.
Desde un punto de vista meramente teórico, los trabajadores mayores de 55 años conservan intacta su capacidad de aprendizaje, y teniendo en cuenta la estrecha vinculación aprendizaje/capacidad de adaptación, se desprende fácilmente que la capacidad de adaptación (a las TIC así como a cambios organizativos) permanece igualmente intacta.
Los resultados obtenidos en las encuestas al analizar las dificultades de acceso parecen confirmar la afirmación anterior ya que el porcentaje de trabajadores de cada grupo que declara que "apenas maneja" o le parecen muy complicados el ordenador, Internet", o los nuevos dispositivos (TDT, iPOD, PDA, etc.), arrojan los valores más bajos de cada grupo (varían entre el 0% y el 17,3%).
Se destaca además la percepción netamente positiva que los mayores de 55 años tienen respecto a la aplicación de nuevos dispositivos a la formación. Así, consideran que las principales ventajas de tal aplicación son que:
- "permite administrar mejor el tiempo de dedicación al curso" (46,76%)
- "permite compaginar mejor la formación con el desarrollo de otras actividades" (34,82%)
- "permite estar actualizado/a en la utilización de los Dispositivos Tecnológicos que existen en el mercado aplicados a la formación" (41,90%)
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